top of page

Teatro Lambe Lambe: el mundo en una caja

Entrevista a la compañía Poiesis Títeres
Andrea Cuarterolo,  Vivomatografías. Revista de estudios sobre precine y cine silente en Latinoamérica Año 5, n. 5, Diciembre de 2019. 

image.png

​

En enero de 2019 nos reunimos en Mar del Plata con el grupo Poiesis Títeres, que se
encontraba realizando una serie de espectáculos de lambe lambe en diversos espacios
públicos de esa ciudad balnearia durante la temporada de verano. En El banquete, Platón
define el término poiesis como “la causa que convierte cualquier cosa que consideremos
de no-ser a ser”. Sin embargo, en su sentido más amplio el vocablo griego sirve para
designar a todo proceso creativo y a una forma de conocimiento que no excluye lo lúdico.
Entrevistamos a Luisina Placenti, Lucila Aberastain Oro , fundadoras y
de esta compañía para que nos cuenten sobre su trabajo con el teatro en
miniatura y sobre las características de ese particular proceso de creación.
Andrea Cuarterolo: ¿Cómo comenzó y en qué consiste el proyecto de Poiesis Títeres?
Luisina Placenti: El proyecto comenzó en 2018 cuando con Lucila creamos una obra
que se llamó El sueño de Morfeo donde trabajamos con sombras, títeres de mesa y
títeres bocones. Allí empezamos a descubrir el mundo del teatro de sombras y
creamos y le dimos nombre a nuestra compañía Poiesis Títeres.
Lucila Aberastain Oro: El sueño de Morfeo era una obra de títeres y sombras de formato
tradicional que requería de una pantalla de un metro y medio por un metro, una mesa
grande, títeres de tamaño convencional, un equipo de sonido, todos elementos difíciles
de transportar. Ahí fue cuando conocimos el movimiento lambe lambe de las cajas
misteriosas y descubrimos que podíamos hacer lo mismo, pero en formato pequeño.
Así, empezamos a investigar con la portabilidad del espectáculo y después con el
desafío de hacer todo en miniatura. Por un lado parece que es más simple porque es
todo más chiquito, pero trabajar la miniatura es súper complejo porque tenés que ser
muy sintético, no solamente por el tamaño de los objetos o títeres que uno utiliza sino
también por las historias, que son brevísimas, de 3 a 5 minutos. Es un reto poder contar
algo en tan poquito tiempo y un desafío técnico ver cómo ponerlo en escena, con qué
tipo de títeres, cómo entran, cómo salen, qué mecanismos utilizar...
LP: Sí, te exige trabajar lo que es la síntesis y la simplicidad porque tenés que repetirlo
muchas veces, entonces no podes hacer algo muy complejo porque después se
dificulta la repetición. Frecuentemente hay gente esperando así que tenés que
rebobinar todo y volver a empezar muy rápidamente. Esta técnica y ha sido un
hallazgo, porque resulta muy atractiva para el público. Tiene algo de mágica y
misteriosa, nos da una mayor independencia porque no hay
que montar toda una obra, puede salir una sola con su caja y no hace falta nada más.

AC: ¿Dónde realizan sus espectáculos de teatro en miniatura?
LAO: Las cajitas han ido a muchos espacios. Al ser portátiles podemos trabajar en la
calle, en las plazas, en centros culturales, a la entrada y salida de los teatros.
LP: Y en bares. En los bares funcionan muy bien porque la gente está ahí y después se
queda a socializar y de repente el teatro se introduce en un espacio inesperado y la
recepción de la gente es muy buena. Genera mucha intriga en el espectador. Además es
algo corto que no le quita demasiado tiempo, que no le exige pagar una entrada −porque
nosotros trabajamos a colaboración− y que le genera como una suerte de “paréntesis de
ficción”, le permite sumergirse en otro mundo y salir transformado. En la calle funciona
diferente porque ahí tenés el mundo externo que es más hostil. Está el viento, hay más
ruidos, más distracciones. Sin embargo, la caja siempre es muy íntima porque el artista
hace la obra sólo para vos, o a lo sumo para dos espectadores, y eso influye mucho en la
recepción. En las obras en las que usamos técnicas de manipulación directa, por
ejemplo, uno puede ver a la gente, puede acercarles los títeres y que les toquen la nariz y
ver cómo reaccionan. El espectador no es entonces uno en un montón sino que la
representación es exclusivamente para su mirada y el artista espera luego su
devolución. Entonces es un público que está, en algún sentido, más mimado. Uno
espera que esté cómodo, que esté bien y como artistas tenemos constantemente una
devolución inmediata 

AC: ¿Qué tipo de historias cuentan sus cajas? ¿Trabajan con historias clásicas, más a
tono con la antigüedad de las técnicas que utilizan o prefieren abordar temáticas
más contemporáneas?
LAO: Lo primero que armamos fueron unas cajas para adultos en las que trabajamos
con dos poetisas feministas argentinas, pero ambas con técnicas muy diferentes. Mi
caja se centraba en la figura de Alfonsina Storni y utilicé la técnicas del teatro de
sombras y Luisina trabajó con un títere de manipulación directa y con un extracto de
Las descentradas de la gran poetisa anarquista-feminista Salvadora Medina Onrubia,
que es un texto muy fuerte y también muy contemporáneo, que mostramos en pleno
contexto de las marchas por la legalización del aborto y del “Ni una menos”.

image (8).png
bottom of page